Identificación de tritones

  En esta última etapa del invierno, una visita a la charca más cercana ya puede depararnos alguna sorpresa... me estoy refiriendo a los tritones, unos peculiares anfibios a los que el frío no les da pereza alguna y que suelen acudir por estas fechas a sus lugares de cría.

Macho de tritón palmeado (Lissotriton helveticus). Puede verse su cloaca abultada y su cola acabada en
 un apéndice filamentoso.

 En La Rioja podemos encontrar dos especies de tritones, el tritón palmeado (Lissotriton helveticus) y el tritón jaspeado (Triturus marmoratus). Son anfibios del grupo de los urodelos -con cola- y tienen un aspecto remotamente similar al de una lagartija. Tienen una distribución bastante extendida que puede definirse negativamente de este modo; "Por doquier donde el hombre no destruye su hábitat, no utiliza pesticidas y no introduce especies invasoras". Ambas especies son por ello bastante comunes en la sierra, donde a menudo coexisten en los mismos hábitats.

Aspecto de la cloaca durante la época de apareamiento

en los tritones machos -arriba- y hembras -abajo-.

 Durante la época de celo, los tritones a menudo muestran un marcado dimorfismo sexual. Los machos lucen exuberantes crestas y brillantes colores llevando a cabo elaborados cortejos. Las hembras sin embargo son de colores más discretos, no tienen crestas y a menudo llama su atención su vientre hinchado, repleto de huevos. Además, el sexo de los tritones se puede determinar fácilmente por la forma de su cloaca, estando en el caso de los machos mucho más abultada que en las hembras.

 Lissotriton helveticus

 -Tritón palmeado-

Macho de tritón palmeado (Lissotriton helveticus).

 Se trata de un tritón de pequeño tamaño que alcanza una longitud de unos seis o siete centímetros, lo que unido a su coloración pardo grisácea, hace de el un animal bastante poco llamativo. Suelen presentar manchas oscuras a lo largo del cuerpo, sobre todo en los flancos, así como una banda oscura que atraviesa los ojos a modo de antifaz. El vientre es amarillento o anaranjado. Es una especie de requerimientos bastante higrófilos que en La Rioja se puede encontrar casi en cualquier masa de agua de la mitad occidental de la región, siendo mucho más abundante en la sierra, donde puede superar los 2.000 metros de altitud. No obstante, existe alguna población residual en la mitad oriental, donde la baja pluviometría anual dificulta enormemente la existencia de la especie. Es el menos acuático de los tritones, con un período reproductor corto y tempranero que abarca de finales de invierno a mediados de primavera.

Detalle de la pata posterior de un macho de
tritón palmeado (Lissotriton helveticus).

 Machos: Aparte de la diferencia de las cloacas, los machos son menores que las hembras y presentan un moteado y un antifaz oscuros y mucho más marcado que éstas. Además, poseen una pequeña cresta baja a lo largo del dorso y que está bien desarrollada en la cola, cuya punta termina en un curioso filamento. Pero sin duda su rasgo más característico son las palmeaduras de los pies posteriores, oscuras y de gran tamaño, que dan nombre a la especie.

Hembra de tritón palmeado (Lissotriton helveticus).

 Hembras: Las hembras son muy similares a los machos, aunque más robustas y de color más apagado, sin apenas contraste en las manchas y el antifaz. No poseen cresta dorsal y la caudal está menos desarrollada que en los machos. Tampoco poseen las patas palmeadas ni la cola terminada en un filamento.

 Triturus marmoratus

 -Tritón jaspeado-

Macho de tritón jaspeado (Triturus marmoratus) mostrando sus crestas nupciales aún sin
estar totalmente desarrolladas.

 El hermoso tritón jaspeado resulta todo lo contrario que su pequeño pariente, pues alcanza una longitud de 16 centímetros y luce una librea de lo más abigarrada con el dorso jaspeado de verde brillante o amarillo verdoso, con manchas negras de forma y tamaño irregular. Por debajo presentan normalmente la región ventral oscura, casi negra, salpicada profusamente de puntos blancos. En La Rioja se le puede encontrar a lo largo de todo el territorio, desde las zonas bajas del valle   hasta más allá de los 2.000 metros, debido a que es una especie de carácter más mediterráneo y menos exigente que el tritón palmeado. Frecuenta para reproducirse aguas de corriente lenta o estancadas, es fácil de encontrar pues en charcas, balsas de riego, pilones, etc. A menudo es denominado salamandra y es confundido con ella, aunque en La Rioja no existe tal anfibio.

 Machos: En la época de celo los machos desarrollan una fabulosa cresta dorsal con alternancia de franjas claras y oscuras y borde ondulado, lo que unido a sus brillantes colores les otorga una apariencia casi fantástica. También presentan una gran cresta caudal y una llamativa franja lateral de color blanco a lo largo de la cola, miembro con el que llevan a cabo un cuidadoso y seductor cortejo.

Hembra de tritón jaspeado (Triturus marmoratus) acudiendo
 al agua con el abdomen  hinchado por la cantidad de huevos
que alberga en su interior.

 Hembras: Las hembras son parecidas a los machos, aunque carecen de cresta dorsal. Si presentan en cambio una característica línea dorsal de color naranja a lo largo de todo el espinazo. Aunque también desarrollan una cresta caudal, este aspecto resulta mucho menos marcado y evidente que en el caso de los machos.

Larva de tritón jaspeado (Triturus marmoratus) nadando en una balsa de riego.

Aspecto de las larvas crecidas de tritón palmeado -arriba- y tritón
jaspeado -abajo-.

 Una vez concluida la época de reproducción, los tritones abandonan el agua y se desprenden de sus adornos, llevando un modo de vida oculto bajo troncos y piedras, en cavidades subterráneas o entre la hojarasca húmeda. Entran en la denominada fase terrestre, su otrora brillante coloración se apaga y sólo presentan actividad durante periodos lluviosos o muy húmedos. Mientras tanto, sus larvas se desarrollan en el agua a lo largo de la primavera y verano, pudiendo distinguirse fácilmente por su aspecto y sus conspicuas branquias de aspecto plumoso.







 La presencia de tritones en el medio acuático, es un indicativo de calidad ambiental ya que son animales sensibles a las alteraciones del medio, a los pesticidas y a la introducción de especies foráneas como peces y cangrejos -especialmente estos últimos-. De ahí que se encuentren en declive, sobre todo en las zonas más antropizadas de nuestra región. Su presencia pues en torno a fuentes y abrevaderos, no debe ser motivo de alarma, sino de todo lo contrario. Son sinónimo de calidad y por ello debemos respetarlos y protegerlos. Los mitos y las leyendas ya pasaron a la historia, son cuentos del pasado...

     Herpetosaludos!