lunes, 13 de abril de 2015

Muestreo viborero

 Estos días, han estado por aquí unos compañeros del Centro para la Investigación en Biodiversidad y Recursos Genéticos de Portugal (CIBIO). Fernando Martinez-Freiría y António Pinto están recabando información para un estudio sobre "Integración de la variabilidad morfológica, genética y ambiental en estudios sobre biogeografía y predicciones de persistencia poblacional bajo el cambio climático para reptiles mediterráneos". Nosotros, que estamos encantados de colaborar con el trabajo de campo, nos decidimos a acompañarlos y tomar algunas muestras de víboras, grupo de serpientes al que Fernando ha dedicado gran parte de su carrera.


Como si su orgullo sintiera dañado... un macho de víbora áspid (Vipera aspis) nos mira ferozmente
 tras haberle recogido muestras y datos.


 El pasado 5 de abril pudimos acompañarlos en un muestreo a lo largo de la Demanda burgalesa. Como dignos representantes de la herpetología riojana acudimos César Aguilar, Ricardo Zaldívar, Óscar Zuazo y uno mismo. Fernando y António venían de muestrear los días anteriores por otros lugares de la provincia de Burgos, donde habían encontrado un ejemplar de víbora áspid (Vipera aspis) y otro de víbora hocicuda (Vipera latastei).

Juvenil atropellado de víbora áspid (Vipera aspis).
 A pesar de contar con un día soleado, buscar en varios lugares y dejarnos los ojos entre piedras y zarzales, no hubo forma de encontrar ningún ejemplar. Sí vimos algún lagarto verde (Lacerta bilineata) y alguna lagartija roquera (Podarcis muralis), pero ni rastro de ofidios. Lamentablemente acabamos encontrando un ejemplar joven de víbora áspid recién atropellado sobre la carretera -todavía se movía-. Lo recogimos como muestra para que se pueda analizar su genética posteriormente y buscamos con renovadas ilusiones por la zona, pero no hubo suerte. Finalmente hubo que despedirse de nuestros compañeros sin haber encontrado ninguna víbora con vida, ellos se dirigían hacía el sur, para probar suerte por tierras sorianas y nosotros debíamos volver a nuestros hogares.

Guardado del ejemplar muerto en etanol para su
posterior análisis y estudio.
Foto: Ricardo Zaldívar.
 De regreso, ya en suelo riojano, paramos a mirar casi con desgana una pequeña ladera orientada al suroeste. Pasados 5 minutos... ya habíamos encontrado tres ejemplares macho de víbora áspid, a los que les tomamos muestras mediante frotis bucal y medimos, manipulación para la cual contamos con el necesario permiso de la Consejería de Medio Ambiente. Todo este procedimiento debe ser realizado con sumo cuidado, primando la integridad del animal y el manipularlo lo mínimo imprescindible. Así, en lugar de andar contando escamas en el lugar de captura, les tomamos fotografías a las distintas partes del cuerpo y desde ángulos diferentes -incluido el vientre-, que luego permiten contar las escamas cómodamente sentados en casa. Nada que ver con andar haciendo cosquillas a una serpiente que se retuerce y que además está deseando -no sin motivo- clavarte sus colmillos.


Macho de víbora áspid (Vipera aspis).

Otro ejemplar macho de víbora áspid (Vipera aspis).

Medir la longitud de los ejemplares es probablemente la maniobra más difícil y delicada, en la
 que hay que tener mucho cuidado de no dañar al animal al estirarlo.

Para poder contar las escamas ventrales y caudales el método de "Bob Esponja" no sólo es el más sencillo,
 sino que también el menos traumático y estresante para el animal.


 Pasaron los días, y en la mañana del 8 de abril Eugenio Montelío se puso en contacto conmigo para decirme que había encontrado el cadáver de una cría de víbora áspid y que cabía la posibilidad de que sirviese como muestra -muchas gracias amigo-.

António y Fernando tomando datos a la víbora capturada.
 Tras quedar con Eugenio, llamé a Fernando y António para poder darles la víbora muerta y me dijeron que tras su trayecto por Burgos y Soria, se encontraban en suelo riojano con intención de muestrear en los valles del Iregua y Leza. Esta vez sólo yo pude acompañarles y aunque el frío viento no acompañaba, tuvimos la suerte de encontrar dos ejemplares de víbora áspid, de los que sólo pudimos obtener muestra de uno de ellos, ya que el otro fue más rápido que nosotros y escapó.


Obtención de una muestra de ADN viborero mediante un sencillo frotis bucal.

Para manejar a la serpiente con comodidad y seguridad se utiliza un tubo de plástico.

Hembra de víbora áspid (Vipera aspis) en el momento de ser liberada tras tomarle una muestra
 genética y datos biómétricos.


 Al día siguiente, Eugenio se unió a la búsqueda. Esta vez decidimos probar suerte entre las cabeceras de los ríos Linares y Cidacos en busca de la víbora hocicuda, pero aparte de que eso es harina de distinto costal, la meteorología tampoco quiso acompañarnos. El día se presentó nublado, soplaba el viento e incluso nos llovió algo. Como es lógico no encontramos ninguna víbora, pero al menos pasamos un día en buena compañía, intercambiando impresiones y hablando de bichos.

 Para principios de junio dicen que volverán otra vez de visita. A ver si no hace demasiado calor para entonces y sobre todo, a ver si por aquí hemos recogido un buen puñado de muestras.

     Herpetosaludos!

1 comentario:

  1. Hola como estan, me gustaria comunicarme con los encargados de dicho trabajo, para consultarles algo para mi proyecto de grado; si de casualidad tienen un correo, perfil de facebook, instagram o whastapp para que me lo hagan saber y poder hablar con ellos. Hablo desde Colombia

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