Noches de primavera

 Las lluvias de las últimas jornadas, junto con las de los últimos meses, han dado paso a un comienzo primaveral bastante propicio para los anfibios. Así, durante estos días cantidad de especies acuden a sus lugares de reproducción, los cuales se encuentran en la mayoría de los casos repletos de agua.

 Acudir en estas noches primaverales a una charca, llenarse los zapatos de barro y sumergir los sentidos entre los ensordecedores coros de sapos, sapillos, ranas o ranitas... es una experiencia que una vez realizada se recordará siempre y que probablemente siempre se repita un año tras otro, independientemente de que haga frío o calor... siempre que llueva lo suficiente.

Sapo partero (Alytes obstetricans).

Tritón jaspeado (Triturus marmoratus).

Sapo común (Bufo spinosus).

Sapillo moteado (Pelodytes punctatus).

Ranita de San Antonio (Hyla molleri).

Sapo de espuelas (Pelobates cultripes).

Rana común (Pelophylax perezi).

Sapo corredor (Bufo calamita).

 Tras estas noches de cantos y lujurias batracias, poco tardarán en aparecer por las charcas las larvas de todas estas especies. Son los renacuajos, diminutas semillas de esperanza anfibia, que si en las próximas semanas sigue lloviendo lo suficiente y el astro rey no seca el valioso elemento acumulado, se convertirán en una nueva generación de estos amenazados y delicados animales.

     Herpetosaludos!