Entre sierpes, sapos y garrapatas...

 De entre las muchas "rarezas" que podemos ir desarrollando los aficionados a la naturaleza, quizá entre las más peculiares se encuentre la de recoger garrapatas para que puedan ser estudiadas por los parasitólogos. Esta faceta un pelín repugnante, contribuye al estudio de las garrapatas, sus huéspedes y por supuesto las distintas patologías que podemos contraer debido a la picadura de estos arácnidos, que por otro lado y aunque nos cueste creerlo, alguna función tienen que desempeñar en nuestros ecosistemas.

Recogiendo garrapatas de un ejemplar de lagartija roquera (Podarcis muralis).

Pareja de lagartija roquera (Podarcis muralis). Macho -izquierda- y hembra -derecha-.

Repitiendo la operación en un ejemplar juvenil de lagarto verde (Lacerta bilineata).

Detalle de la cabeza del individuo mostrado anteriormente. 
Foto: David Mazuelas.

 De ese modo, el pasado fin de semana, en compañía de David Mazuelas -biólogo y excelente muchacho-. Me dispuse a buscar ejemplares de lagarto verde, a sabiendas de que a menudo presentan unas axilas llenas de garrapatas. Sólo encontramos uno jovencito, pero bueno... también pudimos "desparasitar" algunas lagartijas roqueras. En la búsqueda disfrutamos de lo lindo, pues también dimos con varios ejemplares juveniles de sapo común, un lución, y ¡tres víboras áspid! -una de ellas muerta a manos de algún infame paseante-.



Hembra adulta de lución (Anguis fragilis).

Un jovencito sapo común (Bufo bufo spinosus).
Foto: David Mazuelas.

Hembra preñada de víbora áspid (Vipera aspis).

Detalle de la cabeza del mismo ejemplar mostrado anteriormente.

Hembra preñada de víbora áspid (Vipera aspis). Otro ejemplar distinto.

Detalle del ejemplar mostrado anteriormente.

 Precisamente en este lugar de la sierra riojana había buscado a las de la nariz chata muchas veces sin éxito, y resulta que cuándo voy buscando garrapatas me topo con dos preciosas hembras grávidas de víbora áspid. Cuándo menos lo esperas...

     Herpetosaludos!