lunes, 12 de diciembre de 2011

Resucitando

 La noticia se daba hace sólo unas semanas, el pasado 16 de noviembre. Cuándo Yoram Malka, un guarda de la Reserva Natural de Hula, en el norte de Israel, capturó un pequeño anuro que le resultaba desconocido. 
 Se trataba de un ejemplar de sapillo pintojo ventrinegro (Discoglussus nigriventer), una especie no observada desde hacía más de 50 años y declarada oficialmente extinta en el año 1996.


Discoglossus nigriventer; Vistas ventral y lateral del ejemplar descrito en 1943.
Fotos: Heinrich Mendelssohn.


 Se trata de una especie de la que se sabe muy poquita cosa. Que fue descrita en 1943 a partir de un único especimen encontrado en las riberas del humedal de Hula, en Galilea. Un segundo ejemplar fue capturado, un subadulto que fue devorado por su congénere más grande en el terrario donde se metieron, por lo que no pudo ser descrito -también se recogieron dos larvas pequeñas-. Hasta 1955 no se volvió a encontrar otro ejemplar perteneciente a la especie -esta vez un sólo individuo- y desde entonces, ninguno más hasta la fecha. Por ello su biología es completamente desconocida.

 La Reserva Natural de Hula, fue desecada en la década de los cincuenta del pasado siglo, quedando transformada en campos de cultivo, por lo que, 56 años después de la última observación, y aunque con el humedal restaurado, ya nadie daba un duro por encontrar la especie. Esta, a diferencia del resto de miembros del género Discoglossus, que tienen el vientre blanquecino, posee un vientre negro con puntos blancos. Exactamente igual que el ejemplar encontrado en noviembre. Aún así, este ha sido examinado una y otra vez, comparado con los otros ejemplares conservados en alcohol de modo que no hay dudas sobre su identificación.
  

Arriba: Yoram Malka posando con el ejemplar que encontró el pasado
16 de noviembre. Abajo: Vista del ejemplar en el interior del terrario.
Fotos: Gili Eliyahu.


 El sapillo pintojo ventrinegro, es además un misterio biogeográfico, ya que todos los demás Discoglossus habitan la región mediterránea occidental -Península Ibérica, islas mediterráneas occidentales y noroeste de África-. Sin embargo esta especie habita en Oriente Medio, a miles de kilómetros, sin que exista ninguna otra especie en las zonas intermedias.

 Actualmente al ejemplar capturado se le mantiene en un terrario, y aunque se espera sea devuelto a la naturaleza en breve, su destino aún no se ha decidido. Su hallazgo representa un rayo de esperanza dentro del negro panorama al que se enfrentan los anfibios. Esperemos que pronto se puedan localizar y proteger con eficacia las poblaciones de esta especie que se resiste a desaparecer.

 Podéis leer la noticia en inglés pinchando aquí.

     Herpetosaludos!

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