miércoles, 18 de enero de 2012

Viaje a Israel

 En septiembre de 2011, realicé en compañía de unos amigos un viaje a Israel. Como viene siendo habitual, en nuestros intereses primaba la observación de fauna, por lo que no visitamos ciudades emblemáticas, monumentos arquitectónicos, ni parajes históricos. En pocas palabras... fuimos a ver bichos.

 Volamos de Madrid a Tel Aviv. Una vez allí alquilamos un vehículo para los cuatro, con el cual recorreríamos el país prácticamente al completo ya que este es muy pequeño. Nos alojamos en pequeños hoteles y hostales, la mayoría de ellos bastante cutres.


Itinerario seguido durante el viaje.


 Aunque no podemos quejarnos de lo observado, definitivamente septiembre no es la mejor época del año para visitar el lugar. El calor es terriblemente asfixiante -no me quiero ni imaginar como tiene que ser en julio y agosto- lo cual no facilita la observación de fauna en general, ni de reptiles en particular.


  Día 16 de septiembre; Llegada al país:

 Poco hay para contar de aquel día, salvo que tras alquilar la furgoneta salimos rumbo al sur y no encontramos alojamiento. Pasamos la noche en el propio vehículo estacionado en la cuneta, en algún lugar del desierto del Neguev. Sobre los exhaustivos -y ridículos- controles a la hora de volar y entrar al país prefiero no hablar...


Geco; Ptyodactylus guttatus -Sinai Fan-Fingered Gecko- observado en el aeropuerto de Tel Aviv.


  Día 17 de septiembre; El desierto del Neguev:

 Tras despertar en medio de la nada, seguimos nuestra ruta. En unas balsas antes de llegar a Nizzana, pudimos ver gangas coronadas y moteadas, así como muchos ejemplares jóvenes de Camaleón (Chamaeleo chamaeleon musae). Allí donde parábamos, durante todo el día pudimos ver unas lagartijas "colirrojas" (Acanthodactylus sp.). Son varias y muy similares las especies pertenecientes a este género que habitan allí, por lo que no me atrevo a decir a cual pertenecen los ejemplares observados.


Agama; Laudakia stellio brachydactyla -Roughtail Rock Agama- subespecie del desierto del Neguev.

Camaleón común (Chamaeleo chamaeleon musae) cerca de Nizzana.

Gangas coronadas (Pterocles coronatus) cerca de Nizzana.

Grupo de gacelas dorcas (Gazella dorcas) en Nizzana.

Lagartija "colirroja" (Acanthodactylus sp.) en algún lugar del desierto del Neguev.


 En Mizpe Ramon, pudimos disfrutrar de una sobrecogedora panorámica del desierto -esto sí que es aridez y lo demás tonterías, los Monegros o Almería son vergeles comparándose-. También vimos un rebaño de íbices de Nubia, cuyos machos poseen unas cornamentas igualmente impresionantes.
 Ya casi de noche llegamos a Eilat, ciudad turística situada en el extremo sur del país, a orillas del Mar Rojo.


Íbice de Nubia (Capra nubiana) en Mizpe Ramon.

Panorámica del desierto desde Mizpe Ramon.


  Días 18 y 19 de septiembre; El desierto de Arava (Eilat y Yotvata):

 Eilat sería nuestro "cuartel general" para los próximos días, desde aquí recorreríamos sus alrededores, visitando cultivos de palmeras, salinas, playas, etc. Mucho calor y poco meneo, aun así íbamos viendo cosas interesantes como gecos -Ptyodactylus hasselquistii y Cyrtopodion scabrum- y algunas especies de aves -Halcón Pizarroso, Ganga de Lichtenstein...-. De noche fuimos por pistas hasta Yotvata, en busca de serpientes nocturnas, mamíferos y búhos. No tuvimos ningún problema con el ejército a pesar de ir prácticamente pegados a la frontera con Jordania.

 Al día siguiente nos propusimos subir a las montañas de Eilat, que hacen frontera con Egipto. Sin embargo no fue posible ya que el ejercito había cortado los accesos a la frontera. Hacía poco que dos policías egipcios habían muerto por error en un ataque israelí y las cosas andaban calentitas. Así que nos quedamos con la miel en los labios.


Golfo de Eilat -Mar Rojo-, al fondo Áqaba -Jordania-.

Alcaudón núbico (Lanius nubicus) en Eilat.

Halcón pizarroso (Falco concolor) en Eilat.

Erizo etiópico (Paraechinus aethiopicus) en los campos de Yotvata.

Geco; Cyrtopodion scabrum -Roughtail Gecko- en los alrededores de Eilat.


 Por la tarde hicimos "snorkel" en el Mar Rojo. Nunca antes lo había practicado y va y me estreno en un arrecife de coral. Fue impresionante, no encuentro palabras que puedan describir aquello. Como en un documental del mundo marino, pero cien veces mejor... de lo mejorcito que he hecho en la vida, os lo aseguro. Qué pena no haber podido hacer fotos...


  Día 20 de septiembre; El desierto de Arava/Mar Muerto (de Eilat a Ein Gedi):

 Decidimos marcharnos de Eilat ante la imposibilidad de visitar sus montañas y el calor reinante. Bajo un sol de justicia nos pasamos casi todo el día en la carretera parando aquí y allá, pero no vimos gran cosa. Vimos de pasada una reserva donde tienen varias especies para su reintroducción. Tenían antílopes (Oryx, Addax), onagros y avestruces. De no ser porque estas especies están prácticamente extinguidas no sería un sitio muy interesante la verdad.


Vista del desierto de Arava durante el trayecto entre Eilat y el Mar Muerto.


 Llegamos al Mar Muerto, el punto más bajo del planeta. Allí quedamos estremecidos ante la desoladora belleza del paisaje, con uadis que se adentran abruptamente entre titánicas moles de roca desnuda. Tanto a este lado, como en la orilla opuesta jordana se alzan unas montañas enormes, con unos cortados y desfiladeros que al atardecer exhiben un maravilloso juego de luces y sombras.
 Dormimos en Ein Gedi, en un albergue juvenil bastante bueno y barato en cuyos jardines vivían los damanes de El Cabo.


  Día 21 de septiembre; Mar Muerto/Galilea (de Ein Gedi a Tiberias):

 Nos levantamos muy temprano para evitar el calor y ascender por un uadi hasta casi su nacimiento. Este fue uno de los lugares más destacables del viaje ya que, aunque estaba seco, de su parte más alta goteaba algo de agua y se formaba un charco. En este lugar pudimos ver de nuevo damanes y varias especies de aves, que se acercaban a beber. De pronto, un gran revuelo de pajarillos se formó al borde de un precipicio... algo había allí que les hacía comportarse de esa manera... Y con razón, cuándo nos acercamos descubrimos con gran estupor a una víbora de escamas aserradas árabe (Echis coloratus), una especie muy peligrosa, célebre por la gran virulencia de su veneno.


Damán de El Cabo (Procavia capensis) en el uadi Salvadora -Mar Muerto-.

Víbora de escamas aserradas árabe (Echis coloratus) en el uadi Salvadora -Mar Muerto-.
 Foto: Sebastián Lara.

Agama del Sinaí (Pseudotrapelus sinaitus) en el uadi Salvadora -Mar Muerto-.
 Foto: Sebastián Lara.


 Después seguimos nuestro camino hacia el norte y paramos a bañarnos en el Mar Muerto para comprobar en carne propia la elevada flotabilidad de las aguas. Ahogarte ahí no te ahogarás, pero una cosa es segura... mueres en salmuera -eso sí, incorrupto-. Imprescindible una ducha de agua dulce tras el baño.


Vista del Mar Muerto.


 Cruzamos Cisjordania, con nimio control fronterizo -manda narices- y compra de agua -más barata- en territorio palestino. Poco a poco el paisaje va cambiando y el desierto cede terreno al verde. Estamos en Galilea y aquí el paisaje es típicamente mediterráneo. Al atardecer subimos al monte Gilboa, vemos Pico Sirio y gacelas -ya las habíamos visto anteriormente también-. Dormimos en Tiberias, en el Hotel Astoria. Como dijo un compañero de viaje "en la casa del perro", eso sí... era barato.


  Día 22 de septiembre; Mt. Hermón (Altos del Golán):

 Este día lo dedicamos a visitar el monte Hermón -Sión en la Biblia- situado en los altos del Golán, territorio ocupado a Siria en el año 1967. Parece increíble pero aquí hay una estación de esquí. No en vano, la montaña tiene 2.814 metros de altitud, así que nevar... nevará, aunque no sea mucho. Obviamente en esta época del año la estación se encuentra cerrada, sin embargo si vas y les dices que eres riojano, te ponen el telesilla para subir hasta arriba, aunque sólo sea para los cuatro.


Vista del monte Hermón, en los Altos del Golán.

Lagartija del monte Hermón (Phoenicolacerta kulzeri) en los alrededores del la estación de esquí.

Salamanquesa del monte Hermón (Mediodactylus amictophole) en los alrededores del la estación de esquí.

Lagartja de ojos de serpiente (Ophisops elegans) en los alrededores de la estación de esquí.


 Una vez arriba nos encontramos con militares israelitas armados hasta los dientes en un nido de ametralladoras. Contra todo pronóstico se muestran muy amables y nos dicen que no hay problema de que andemos por la zona siempre y cuando no nos acerquemos a las edificaciones militares, radares y demás. Pasamos por ahí el rato viendo cosas muy interesantes como verdecillo sirio, trepador rupestre y varias especies de saurios, entre ellas un "lagarto verde" (Lacerta media israelica) al que no puedo fotografiar.


Escinco; Trachilepis vittata -Bridled Mabuya- casi en la cima del monte Hermón.

Cuatro aguerridos aventureros. De izquierda a derecha: Jesús Ucha, un servidor, Sebastián Lara y
 Óscar Gutiérrez.

Agama; Laudakia stellio stellio -Roughtail Rock Agama- subespecie nominal.


 Ya por la tarde dejamos los Altos del Golán y paramos en la reserva de Hula, un humedal que visitaremos al día siguiente pues su acceso a esta hora ya está cerrado. Dormimos en un hotel de carretera lleno de peregrinos hindúes católicos.


  Día 23 de septiembre; Reserva Natural de Hula:

 Pasamos el día entero recorriendo este complejo de humedales y observando gran cantidad de especies de aves, innumerables galápagos (Mauremys rivulata) y hasta mamíferos carnívoros como el chacal dorado (Canis aureus) o el gato de los pantanos (Felis chaus).


Vista de una pequeña charca en Hula.

Grupo de galápagos "leprosos" (Mauremys rivulata).

Mariposa Tigre (Danaus chrysippus).


 A mediodía nos cae una tormenta, momento que aprovechamos para comer. Una vez pasada... ¡otra vuelta! Lo pasamos en grande, conduciendo el cochecito de golf que se alquila -si se quiere- para recorrer toda la reserva.

 Al caer la noche regresamos a Tiberias, a la misma caseta canina. Más tarde, buscando un lugar para cenar en sábado -es sabbat, día de descanso hebreo y todos los comercios están cerrados- acabamos en una boda judía...


  Días 24 y 25 de septiembre; La costa mediterránea y vuelta a casa:

 Dejamos Tiberias y nos dirijimos a la parte occidental del país, a la costa mediterránea. Visitamos un Kibutz llamado Maagan Michael que hay junto a unas piscifactorías. Por la zona vemos varias especies de aves y un meloncillo (Herpestes inchneumon). Después seguimos hacia el sur, ya dirección Tel Aviv. Nos lo tomamos con calma pues tenemos todo el día. A mediodía pasamos por el río Alexander, cerca de allí comemos y después buscamos a las enormes tortugas de caparazón blando (Trionyx triunguis) de más de 1 metro de longitud total. Mis compañeros las ven en seguida por unos instantes, pero yo no llego a verlas. Lo hago después en una zona del río habilitada para ello, en la que se agolpa gran cantidad de gente para echarles de comer. No es que me parezca la mejor forma de observar una especie salvaje, pero que le vamos a hacer.


¿Un monstruo antidiluviano?... no. Es la tortuga conchiblanda africana (Trionyx triunguis).


 Seguimos haciendo tiempo y tras cenar en una gasolinera y perdernos por Tel Aviv, llegamos bien entrada la noche al aeropuerto. Allí sesteamos un par de horas en la furgoneta antes de devolverla y pasar el resto de la noche de un control de seguridad a otro. A las seis de la mañana, cogimos por fin el vuelo de regreso a Madrid, aún nos quedaban unas cuantas horas para llegar a casa...


 Y así concluye el relato de un viaje por un país no demasiado agradable, pero en el que se puede disfrutar de gran cantidad de fauna salvaje. Nosotros vimos -sin contar lo visto en el mar- 17 especies de anfibios y reptiles -sólo un anfibio; la rana verde Pelophylax levantinus-, 179 de aves y 19 de mamíferos. Cantidad que no resulta nada despreciable, más aún teniendo en cuenta las extremas condiciones climatológicas reinantes.

     Herpetosaludos!

3 comentarios:

  1. Gran viaje, enhorabuena por la cantidad y variedad de especies observadas, desconocía que había tortugas conchiblandas por allí. Un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Buena salida, si vistes bichos…se le pone los dientes largos a uno. La verdad es que tengo ganas de marcarme algún viajecito de este tipo.
    Un saludo
    Abel

    ResponderEliminar
  3. Bien guapas las fotos! ya tenía ganas de verlas despues de algunas de las historias que nos habíais contado. Qué grande es el desierto !!. Saludos

    ResponderEliminar