martes, 1 de septiembre de 2015

Lagartos que no lo parecen

 Los eslizones y el lución, son saurios atípicos pertenecientes a familias distintas; Scincidae y Anguidae, respectivamente. Las diferentes especies se caracterizan por poseer las extremidades reducidas, atrofiadas o incluso ausentes. Es debido a este aspecto y a su forma de desplazarse serpenteando entre la hierba, que pueden llegar a confundirse con pequeñas serpientes. De ellas les diferencian varios factores como la tenencia de escamas osificadas -lo que les otorga una extraña rigidez-, la habitual presencia de oído externo y la capacidad de desprender y regenerar la cola para escapar de sus enemigos... pero sobre todo, la presencia de parpados y la consecuente capacidad de poder cerrar los ojos.


Eslizón ibérico (Chalcides bedriagai).


Detalle de la cabeza y el miembro anterior de un
eslizón ibérico (Chalcides bedriagai).

 En La Rioja existen dos especies de eslizones, una de ellas es el raro eslizón ibérico (Chalcides bedriagai), que es una especie muy escasa y que pasa la mayor parte del tiempo bajo piedras, oculto entre la hierba o enterrado bajo la hojarasca, por lo que rara vez es visible. Se trata de un saurio de unos 10-15 cm. de largo, con aspecto de lagartija robusta y paticorta. Luce una librea de color pardo u oliváceo, con unas anchas franjas más oscuras a lo largo del dorso y los costados y pequeños ocelos de color claro que son mucho más aparentes en la parte posterior del cuerpo.



 En nuestra región, sólo se le encuentra en el extremo sureste, en la cuenca alta del río Alhama, donde vive en laderas secas con vegetación mediterránea y abundante sustrato pedregoso y en encinares aclarados.

Eslizón tridáctilo (Chalcides striatus).


 Mucho más abundante y ampliamente distribuido se encuentra el eslizón tridáctilo (Chalcides striatus). Este curioso animal, tiene el aspecto de una pequeña culebrilla debido a su cuerpo alargado y a que sus patas se encuentran reducidas a unos pequeños muñones. A diferencia del eslizón ibérico, que posee cinco dedos en cada pata, el tridáctilo sólo tiene tres, de ahí su nombre. También es de mayor tamaño, alcanzando los ejemplares más viejos una longitud de unos 30-40 cm. Suele se de color pajizo, pardo amarillento o grisáceo, con un estriado a lo largo del dorso formado por 9-13 líneas más oscuras.

Detalle de la cabeza y el miembro anterior de un 
eslizón tridáctilo (Chalcides striatus).
 En La Rioja pueden encontrase eslizones tridáctilos a lo largo de todo el valle del Ebro, así como en la parte oriental de la sierra donde supera con facilidad los 1.000 metros de altitud. También asciende por los valles de los ríos Iregua, Najerilla y en menor medida también del Oja, donde su presencia se rarifica, a medida que el carácter mediterráneo va cediendo el paso a una mayor humedad y cobertura vegetal del entorno. Es una especie propia de herbazales en espacios abiertos y soleados, ribazos entre cultivos, bordes de acequias, lastonares, etc.

 No existen grandes diferencias apreciables respecto a la edad de los eslizones, los ejemplares juveniles parecen copias a escala menor de sus padres. Tampoco las hay entre sexos, siendo las hembras algo mayores y más robustas que los machos, aunque con idéntica coloración.


Lución (Anguis fragilis), macho adulto.


 El lución (Anguis fragilis) por su parte representa un paso más en esta cadena de "eslabones perdidos" entre lagartos y serpientes. Se trata de un lagarto ápodo, que al igual que las serpientes ha perdido cualquier vestigio de sus extremidades. Otro rasgo que comparte con los ofidios, es la ausencia de oído externo, sin embargo la expresión bonachona de su cara y la presencia de párpados delatan su condición de lagarto. Los luciones suelen ser de color pardo claro, presentando los machos adultos una librea uniforme y -a veces- una serie de ocelos grisáceos o azulados sobre el dorso. Las hembras en cambio son más contrastadas, con los flancos de color oscuro y una línea vertebral a lo largo del dorso oscura también. A diferencia de los eslizones, son los machos los que alcanzan mayor tamaño, pudiendo medir hasta 50 cm.

Ejemplar hembra de lución (Anguis fragilis).
 El lución se encuentra distribuido por toda La Rioja, faltando sólo en las zonas más secas y áridas de la región. Resulta muy común y fácil de encontrar en la sierra y la mitad occidental del valle del Ebro. En la Rioja Baja resulta más escaso, quedando su presencia restringida a sotos, riberas y barrancos húmedos con abundante vegetación. Tiene especial predilección por lugares umbríos y frescos como bordes de bosques, prados y helechales.


Ejemplar juvenil de lución (Anguis fragilis), de un hermoso color rojizo.


 Los ejemplares juveniles muestran un patrón similar al de las hembras, aunque con el dorso de color dorado, plateado o incluso rojo.

 Bien conocidos por el desconocimiento popular, a menudo se cree que eslizones y luciones son criaturas venenosas, muy peligrosas para el humano despistado. No es raro escuchar historias de víboras con patas -los temidos punzones-, o refranes como "Si te pica el lución, coge pala y azadón"...en clara alusión de que si te pica no te queda mucho rato. Una vez más todos estos atributos ponzoñosos no dejan de ser una sarta de tonterías, pues nos encontramos ante unos animales insectívoros que no sólo no son venenosos, sino que ni tan siquiera muerden a la hora de defenderse.

     Herpetosaludos!

1 comentario:

  1. Hola! La verdad es que tienen hasta cara de bonachones. Muy bonito el lución rojizo.
    Yo hace dos semanas vi un bedriagai En las afueras de Zaragoza . Menuda sorpresa!
    Un saludazo

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