domingo, 17 de enero de 2016

Qué no nos toquen Peña Isasa

  La siguiente entrada no tratará de herpetología, ni siquiera sobre fauna... esta vez a modo de "Off-topic" hablaremos de Peña Isasa, una montaña que sin ser ni mucho menos la más alta, si que pudiera considerarse la más singular, por sus exclusivas características.


 -ACTO I:  UNA GRANDEZA ÚNICA

 Toda mi vida me he sentido afortunado de haber nacido en mi tierra, más que nada porque de haber nacido en cualquier otro lugar no tendría el privilegio de poder contemplar cada día a Peña Isasa.


Peña Isasa, 1.456 m. Con las primeras nieves de este tardío invierno, vista desde Bergasilla Somera.


 Un pico que pese a no llegar a los 1.500 metros, se asoma hierático al valle del Ebro, destacando como un gigante de piedra entre enanitos de barro. No en vano, desde esta no tan modesta mole, uno obtiene una excelente panorámica de todo el Sistema Ibérico Septentrional y puede observar -entre otros picos- el San Lorenzo y la Mesa de Cebollera, gran parte de la cordillera pirenaica en días claros y como no, al este... el Moncayo, que sin duda cada mañana contempla orgulloso a su hermano pequeño.

     
Ladera este de la cumbre de Peña Isasa. La nieve caída se muestra
delatora de las fechorías perpetradas para plantar pinos. 
 Sus empinadas laderas son recorridas diariamente por la lúgubre sombra de los buitres (Gyps fulvus) y escrutadas minuciosamente por el águila real (Aquila chrysaetos). Entre sus abruptas crestas lanza el gran duque (Bubo bubo) su altivo canto y las chovas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) hacen piruetas, mientras que, el azul del cielo es cortado a cuchillo por el picado del halcón peregrino (Falco peregrinus). Al abrigo de sus peñas se ocultan corzos (Capreolus capreolus) y jabalíes (Sus scrofa), también zorros (Vulpes vulpes), garduñas (Martes foina) y gatos monteses (Felis sylvestris). En tanto que sus canchales sirven de refugio a comadrejas (Mustela nivalis), lagartos ocelados (Timon lepidus), lagartijas pardas (Podarcis liolepis) y colilargas (Psammodromus algirus) y a los mayores ejemplares de eslizón tridáctilo (Chalcides striatus) que jamás he podido observar, quizás por aquello de la regla de Bergmann... que decía algo así como que los animales que viven en climas más rigurosos o fríos alcanzan mayor tamaño que otros que habitan lugares más benignos. Incluso es posible que a lo mejor, la escasísima y tímida víbora hocicuda (Vipera latastei), habite todavía los pedregosos desniveles de nuestra sagrada montaña, muy a pesar de la cantidad de botas y cayados que transitan sus descarnadas veredas.

 Pero no tiene Peña Isasa su mayor riqueza en las aves rupícolas, ni en el resto de fauna que mora bajo su sombra, hay algo que lo hace único e irrepetible... su cumbre.

 Elevada sobre el tórrido secarral riojabajeño, tiene no obstante un microclima capaz de permitir crecer a los tejos (Taxus baccata) en plena solana. Es sin duda un clima de montaña donde crecen una serie de plantas únicas, cuyas formaciones no se encuentran en ningún otro lugar de la zona, pues las montañas y sierras vecinas no tienen la altitud suficiente o bien, carecen de su carácter mediterráneo, siendo más húmedas y constituyendo un hábitat distinto.


Imagen de la cara norte de Peña Isasa, con formaciones almohadilladas de Genista hispanica occidentalis,
Erinacea anthyllis y Cytisus oromediterraneus.


 La Directiva Hábitat de Interés Comunitario las denomina "Brezales oromediterráneos endémicos con aliaga" y "Pendientes rocosas calcícolas con vegetación casmofítica". ¡Toma ya!.. bajo tal rimbombancia aparecen plantas tan curiosas y características como el aulaguino (Genista hispanica occidentalis), el erizón (Erinacea anthyllis) o el piorno serrano (Cytisus oromediterraneus), que tapizan el suelo con sus formaciones almohadilladas y configuran un magnífico paisaje, más hermoso aun si cabe al florecer cada año.

Mata de erizón o cojín de monja (Erinacea anthyllis).
 Son plantas de montaña, por eso tienen ese curioso aspecto de cojín, sus ramas crecen cortas y apretadas para protegerse del frío y el viento que reina en estos lugares. Pero también hay otras que con bravura crecen hermosas sobre canchales y al pie de los cortados, como el pudio (Rhamnus alpina) o el guillomo (Amelanchier ovalis), cuyas hojas se tornan de un cálido color rojizo con la llegada del otoño.

 Son unas cuantas -algo así como muchas- las montañas que pueden encontrarse en La Rioja, no conozco sin embargo, ninguna otra que se eleve sobre todas las que la circundan y que además constituya por si misma un hábitat diferente al que puedan presentar sus vecinas. Es por ello Peña Isasa un lugar único, incomparable, insustituible e imprescindible. Una maravillosa joya cimentada en lo más profundo de nuestros recuerdos y nuestra tierra, que lamentablemente nunca ha gozado de una protección y un respeto que se encuentren la altura de tan magnífico gigante.


-ACTO II:  RÉQUIEM POR UN GIGANTE

 El hecho de constituir un medio inaccesible, tan aislado e inhóspito no le ha servido de nada a la cumbre de Peña Isasa. Tampoco el que sus laderas se consideren Hábitat de Interés Comunitario y estén incluidas en la red de espacios NATURA 2000, tal y como puede comprobarse en el GeoVisor de IDErioja, donde sólo tenemos que aplicar la capa "Inventario de Hábitats de Interés Comunitario en Red Natura 2000" para poder ver las parcelas incluidas dentro de esta difusa e insustancial figura de protección.


En color lila, parcelas en torno a la cumbre de Peña Isasa, designadas como Hábitat de Interés Comunitario
 e incluidas en la Red Natura 2000. En amarillo, el vallado perimetral dentro del cual se va a repoblar.


 Sinceramente, nunca creí amenazada la integridad del gigante. Dada su orografía y la escasez de su suelo y desde luego su venerabilidad, lo veía muy lejos de ser alcanzado por proyectos invasivos e infraestructuras. Pero los amantes de la naturaleza tendemos a ser ilusos e idealistas... mientras que algunos ingenieros de montes son como íbices, capaces de trepar y poner sus asquerosas pezuñas en el más extraplomado de los riscos...

Aunque la calidad de las imágenes dejan mucho que desear, puede
apreciarse como era el lugar antes y después. Todo el terreno ha
sido removido sin respetar las matas de erizón.
 El pasado día de año nuevo, como cada uno de Enero, me dispuse a ascender a la cumbre de Peña Isasa. Allí, mi amigo Jorge Ezquerro y yo nos topamos con el espanto... un vallado cinegético nuevo y reluciente nos hizo presagiar lo peor, no tardamos en constatar que estábamos en lo cierto. Ahora, en un pequeño rincón de La Rioja Baja que bien podía pasar por un páramo extraído de un cuento de Tolkien, miles de hoyos cavados con retroaraña se encuentran destrozando el paisaje. Un paisaje cuya visión era un regalo para el alma de todas las personas que ascienden a Pena Isasa. Una visión ahora irremediablemente corrompida, que en el futuro podría ser incluso peor... un asqueroso pinar repoblado bajo el cual nada más crecerá, salvo toneladas de agujas secas.

 ¿No les gustan las repoblaciones ya practicadas hace tiempo?... Todo el valle de Turruncún, vertiente este de la montaña se encuentra repoblado en tiempos del ICONA con pino laricio (Pinus nigra). Una repoblación que por cierto, parece cualquier cosa menos un bosque mediterráneo. Una repoblación cuya impenetrable sombra y gruesa capa de acículas caídas imposibilitan la vida de cualquier otro árbol o arbusto que no sea el pino plantado.


Valle de Turruncún, con el pico Gatún y la Sierra de Yerga al fondo.

En el interior del pinar... por no crecer no crecen ni los pinos jóvenes.


 Pero no son esas las únicas repoblaciones de Peña Isasa, la orientación oeste y parte de la este de su cumbre también sufrieron en su día la invasión del pino. Lugares que pese a su inclinación fueron arrasados, un trabajo que no quiero ni imaginarme el esfuerzo que costó en aquellos años hacerlo a golpe de azada... ¿No hay suficientes pinos ya en Peña Isasa?

 Tras el impacto recibido, desolados, sin palabras y con lágrimas en los ojos, continuamos nuestra ascensión. Pero cuando crees que nada puede ir peor, el destino siempre te depara una nueva vuelta de tuerca. Incluso las empinadísimas laderas inmediatas a la cumbre se encuentran cavadas, no se han respetado ni los canchales que salpican la ladera este, ni los preciosos pudios que crecen en ella, muchos de los cuales han sido brutalmente mutilados para facilitar la colocación del vallado.

Dentro de unos años el pinar de repoblación invadirá toda la ladera.
 Un vallado infame, que discurre paralelo al camino hasta la misma cumbre, privando al observador del disfrute de un paisaje otrora soberbio. Un paisaje que quizás fuera uno de los últimos rincones vírgenes de La Rioja Baja y al que nunca más podremos asomarnos con orgullo.

 No hace ni un año que escribí en este mismo blog la entrada titulada "No más pinos por favor...". En ella expuse mi opinión -que comparto con bastante gente- sobre una situación que me parece catastrófica. En momentos como este, es cuando siento la impresión de que los dioses se burlan de uno mismo, pues ahora tengo que contemplar como Peña Isasa, un lugar simbólico, de impenitente peregrinaje para mucha gente -y en mi caso de una necesidad absolutamente religiosa- es profanado y destruido por la imparable metástasis de las repoblaciones forestales.

 Siempre quedará algo, parecía decirnos allí un solitario ojo de perdiz (Adonis vernalis), florecido entre tanto horror... y así es, pero ya nunca será lo mismo.


-ACTO III:  ¿...Y AHORA QUÉ?

 Echando un vistazo al Plan de Gestión del espacio protegido Red Natura 2000 "Peñas de Arnedillo, Peñalmonte y Peña Isasa". Podemos ver que se trata de un lugar protegido, que teóricamente no se puede tocar, salvo para tareas de conservación. En lo referente a las comunidades vegetales, dichas tareas, u objetivos podemos leerlos en las páginas 25-26.


Páginas 25-26 del Plan de Gestión del espacio protegido Red Natura 2000 "Peñas de Arnedillo,
 Peñalmonte y Peña Isasa"
.


Página 45 del Plan de Gestión del espacio protegido Red Natura 2000
 
"Peñas de Arnedillo, Peñalmonte y Peña Isasa".
 Más adelante en la medida 1.2. "Actuaciones encaminadas a la mejora del estado de conservación de hábitats de interés comunitario" -página 45-, podemos ver las actuaciones previstas.

 De la lectura de tal documento parece desprenderse que las repoblaciones que se lleven a cabo en la zona deberían ser de encinas, quejigos, sabinas o incluso de pudios y tejos. De ser así, ni tan mal... la medida resultante sería tan acertada como falsa. Tanto como ilusa es la mente del que crea que en las horadadas laderas de la cumbre de Peña Isasa, no se van a plantar pinos.

 Pero ¿por qué no?... Si hasta los presupuestos que aparecen en el documento -página 48-, afirman que hay 5.000 euros para restauración y mejora de comunidades de pie de cantil y otros 5.000 para repoblaciones de frondosas...


Página 48 del Plan de Gestión del espacio protegido Red Natura 2000 "Peñas de Arnedillo,
 Peñalmonte y Peña Isasa"
.


 Muy barato ha de resultar producir y repoblar encinas y pudios o se les va ir -sólo un poco- la cosa de las manos. Sólo con el vallado cinegético que nos han plantado se han tenido que ventilar más de la mitad de lo presupuestado. Yo a lo mejor es que soy muy ignorante, muy cenizo o muy escéptico, pero es que no me creo ni una sola palabra de lo escrito en este documento, que no me parece más que una mera declaración de intenciones al tiempo que le entra la risilla floja a quien lo redacta o manda redactarlo.

 Se supone que una Consejería de Medio Ambiente y quienes en ella ocupan cargos, están para conservar nuestro patrimonio -que es de todos nosotros- y qué mínimo, que para cumplir lo que dicen documentos y planes de gestión de lugares protegidos, nada más y nada menos que por la legislación europea. De modo que las actuaciones a contemplar en un espacio como este deberían ir encaminadas al aclarado y reducción de la masa forestal ocupada por el pino, en favor de un desarrollo de la vegetación autóctona y de las repoblaciones con frondosas. Al menos en un mundo ideal debería ser así. Pero como no vivimos en un mundo ideal y dado que tanto los sueldos de estos ingenieros que dependen de la administración, así como las repoblaciones se pagan con dinero público, yo propongo una cosa... que a estos señores se les pague su salario correspondiente y se queden en sus casas tumbados, viendo el Discovery Max, La Ruleta de la Suerte o haciendo lo que les plazca, pero que por favor dejen de tirar nuestro dinero y de destrozar nuestra tierra con repugnantes repoblaciones de pinos.

 Porque que a nadie le quepa la más mínima duda de que lo que se van a plantar son pinos. Desde luego plantarán alguna encina, algún quejigo o algún pudio -o a lo mejor no plantan más que pinos y se quedan tan anchos-. En ese caso, la mitad de estas frondosas se secará y con el devenir de los años veremos aumentado el ya de por sí extenso desierto verde que asola gran parte de nuestro paisaje.

     Herpetosaludos!

5 comentarios:

  1. Cuanto dinero público que debería emplearse para defender el medio ambiente gastado en darle la puntilla!. Aquí sí que hacen falta recortes.

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  2. Increíble...una verdadera lástima

    Es más rentable diseñar una repoblación (planta, accesos, vallado, plantación...)y ejecutarla (seguramente tragsa, una multinacional "semi-pública"), que proteger el propio ecosistema que no necesita, para nada, ninguna intervención (sobre todo en ese piso altitudinal). Mejor no bajar al río Cidacos y ver la "autovia" que ha preparado la CHE con la excusa de hacer "limpieza" y "evitar" inundaciones. Más de los mismo...obras, maquinaria pesada...negocio en definitiva. ¡Vaya invierno que llevamos en el valle del Cidacos!

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  3. Qué pena lo que cuentas!! Yo subí al Isasa hace muchos años con unos amigos de Préjano y tengo un gran recuerdo... pero lo mejor será no volver para no llevarme un disgusto con lo que han hecho. Ánimo!!

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  4. Si plantan pinos habrá que subir con tijeras y cortarlos. Es una vergüenza que siendo un lugar tan emblemático no se tenga la mínima vergüenza para destruir sus laderas. Lo dicho mochila, tijeras de podar y pino que vea cortado.

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  5. Conozco la Peña Isasa desde hace un mes, que he acudido y subido por su interés botánico, plantas endémicas de allí y de ningún otro sitio, y sí que me chocó esa valla metálica, sin entender muy por qué, pensé que era para proteger a las cabras que se ven en la ladera de los pinos. Me parece un lugar increíble y me parece muy bien que hagáis todo lo posible por protegerlo.

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