martes, 6 de diciembre de 2016

La intrépida salamanquesa

 La salamanquesa común (Tarentola mauritanica) es un reptil cuyas costumbres están ampliamente ligadas a la especie humana. A lo largo de los siglos esta especie mediterránea ha ido encontrado refugio y comida cerca del hombre, siendo probablemente esta relación acentuada con la llegada de la luz eléctrica. En ese preciso momento, los humanos creamos de forma involuntaria brillantes puntos de atracción de insectos, auténticos restaurantes para unos reptiles de hábitos nocturnos como las salamanquesas.


Salamanquesa común (Tarentola mauritanica).


 Ante esta situación, no debieron de tardar mucho las salamanquesas en cambiar sus refugios en el interior de grietas y cortezas, por la cantidad de objetos y trastos que las personas tendemos a acumular -aunque sea de manera ordenada- en nuestros patios, terrazas y cobertizos. Así fue como los espacios disponibles entre muebles, pilas de madera, ladrillos, tejas, cajones o tiestos se convirtieron en el escondite favorito de nuestras trasnochadoras amigas.

Hábitat idóneo para las salamanquesas, el patio de una fábrica.
 Es a partir de este momento cuando, de forma involuntaria, somos nosotros mismos quienes ayudamos y de que manera a las salamanquesas en su dispersión. Transportamos nuestras mercancías de un lado a otro, y lo hacemos con palets y contenedores que han estado almacenados durante meses en los patios de nuestras industrias, donde sin saberlo habíamos creado el hábitat y refugio ideal para las salamanquesas. Cuando estos accidentales caballos de Troya llegan a su destino, vuelven a ser depositados en patios y almacenes, donde nuestras queridas viajeras vuelven a encontrar las condiciones idóneas para prosperar, allí donde el clima se lo permita.

 Fue de este modo tal y como las salamanquesas llegaron a La Rioja allá por los años 80 del siglo pasado, ayudadas primero por el ferrocarril y más tarde por el tráfico rodado. Poco a poco, fueron colonizando las principales localidades riojanas para extenderse después a otros lugares vecinos.

Cuadrículas UTM con presencia de T. mauritanica.
 En La Rioja se han encontrado salamanquesas a lo largo de todo el valle del Ebro, donde las mayores poblaciones de la especie se encuentran en torno a las localidades más importantes lo que viene a confirmar su origen asistido por el hombre. Con el paso de los años las salamanquesas han ido colonizando los diferentes valles riojanos, sobre todo en la parte oriental de la región.



Localidades con poblaciones de T. mauritanica y
citas de posibles individuos aislados.







 Hay además citas de salamaquesas en localidades a pie de sierra como Sojuela y Bergasa, en Nájera y Baños de Río Tobía o incluso en el valle del Oja, en Santo Domingo de La Calzada y Ezcaray. Probablemente se trate de individuos aislados ya que sería sorprendente que un reptil tan mediterráneo hubiera conquistado esas plazas, máxime teniendo en cuenta que todavía no parece haber llegado a localidades como Grávalos o Arnedillo.

 De lo que no cabe duda es que si no han colonizado estos lugares todavía, tarde o temprano lo harán, ayudadas al mismo tiempo por el hombre y el cambio climático. Quizás incluso llegue un día en que las generaciones venideras puedan contemplar salamanquesas en la cumbre del mismísimo San Lorenzo.

     Herpetosaludos!


 -Más sobre salamanquesas aquí.

2 comentarios:

  1. Muy curioso lo de las Salamanquesas en Arnedo por ejemplo. No se veían en nuestro pueblo, y yo tenía constancia de ellas en localidades cercanas pero no fue hasta hace unos 10 años cuando se empezaron a ver, y a día de hoy las ves en todos lados, a veces en gran número en una sola fachada. Me preocupa además la coincidencia de que ya apenas se ven lagartijas, cuando antes las había a puñados. Puede ser casualidad? o las salamanquesas pueden haber influido en su declive? Un saludo!

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